Amnistía Internacional urge a las autoridades iraníes a que anulen la condena de cuatro años de prisión que, según los informes, ha sido impuesta a un empleado de la embajada británica.
Hossein Rassam, principal analista político de la embajada de Reino Unido en Teherán, fue detenido junto a otros ocho empleados locales de la embajada y acusado de “incitar a la violencia” después de las elecciones presidenciales de junio. Todos los detenidos fueron liberados posteriormente.
Su abogado no ha sido informado oficialmente de la sentencia, pero si ésta se confirma, tendrá derecho a recurrir la condena.
El de Hossein Rassam es uno de los muchos casos en que los derechos humanos han sido pisoteados. Se han impuesto al menos 20 condenas –aunque la cifra podría llegar a 60– en relación con los disturbios, entre ellas al menos cuatro condenas a muerte.
En otro caso relacionado, según los informes, funcionarios judiciales se niegan a permitir que el abogado del sociólogo irano-americano Kian Tajbakhsh –condenado a 15 años de prisión, presuntamente por intentar derrocar al gobierno iraní– presente un recurso contra la condena.
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