- El propulsor es el abogado Roger Kusch, un activista por el derecho a una muerte digna.
- Bettina Schardt, de 72 años tenía miedo a terminar sola en un asilo.
- La mujer no padecía ninguna enfermedad terminal ni sufría ningún tipo de dolor insoportable.
En Alemania se ha desatado la polémica ante el suicidio asistido de una mujer sana. El abogado Roger Kusch, un activista por el derecho a una muerte digna, acudió a casa de Bettina Schardt yaque esta quería poner fin a su vida y Kusch le daba la solución. Según recoge El País, la mujer de 79 años y el abogado ya habían mantenido anteriormente varios encuentros para tratar las razones por las cuales la mujer quería poner fin a su vida y que previamente el abogado había grabado para cubrirse las espaldas.
Amparo
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