Exáctamente. Aunque ni siquiera el primer hombre existía cuando los dinosaurios eran los amos de la Tierra, sí existe un elemento que a lo largo de millones y millones de años, ha unido a todos los seres vivientes de nuestro planeta: EL AGUA.
Cuando se formó, hace cuatro mil quinientos millones de años, la
Tierra era una bola de magma en fusión con cientos de volcanes
activos en su superficie. El magma, cargado de gases con vapor
de agua, emergió a la superficie gracias a las constantes erupciones.
Luego la Tierra se enfrió, el vapor de agua se condensó y cayó
nuevamente en forma de lluvia; así comenzó el ciclo del agua.
La lluvia llenó las depresiones del planeta y creó los océanos.
Mil millones de años después, en los océanos se reunieron las
sustancias químicas que darían origen a la vida: metano, hidrógeno
y agua.
Desde entonces, la misma agua ha circulado una y otra vez en el
planeta, originando y conservando la vida.
Gracias al ciclo del
agua, que constantemente purifica a este valioso elemento, hoy
disfrutamos de la misma agua que bebieron los dinosaurios.
Raquel Benito
Raquel Benito
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