La morcilla y el huevo se llevan bien. Las alcachofas y el huevo, también. Eso es fácil: en realidad, pocos ingredientes no ajuntan al
huevo. ¿Pero las alcachofas con la morcilla? Esa era mi duda hasta que
una nevera en estado de desertificación me obligó a unir los tres
ingredientes -la otra opción era tomarme un yogur, ese acto de rendición
que te sume en una infinita tristeza gastronómica.
Lola
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