
A la misma hora que los espacios aéreos de Irlanda y de parte de Escocia permanecían hoy cerrados por una nueva amenaza de ceniza del volcán Eyjafjalla, los ministros de Transportes de la Unión Europea se alegraban de que hubiera un nuevo sistema de reacción más mesurado y racional en sustitución del que hace dos semanas obligó a cerrar drásticamente los cielos europeos. La crisis del volcán ha hecho que la Comisión y los Veintisiete aceleren el compromiso para la implantación del llamado Cielo Único Europeo.
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