Toda una tradición de la pintura del siglo xix se centra en la épica en la épica de la campesina. El capítulo segundo etá dedicado a segadorar, aguadoras y lavanderas, mujeres robustas y monumentales que sostienen como cariátides la arquitectura de la familia y de la sciedad. La retórica de estas imágenes tiene un valor ambiguo: por una parte celebran a la mujer trabajadora, pero exaltando al mismo tiempo su servidumbre como un destino natural y eterno. Hijas de la Tierra y atadas a ella para siempre, las campesinas-cariátides son heroínas encadenadas.
Autor: Jules Breton, Titulo: A la Fuente, 1892.
Mi primera publicación. Carmen Gutierrez
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